Efectivos de Investigaciones lo capturaron en uno de sus domicilios pasadas las 10 de este martes.
Efectivos de Investigaciones lograron detener este martes por la mañana a Víctor Aníbal Rodríguez, el hombre de 50 años que permanecía prófugo tras ser acusado del secuestro y abuso sexual de una joven universitaria de 20 años en El Borbollón, Las Heras. El sospechoso fue encontrado oculto en una vivienda ubicada en callejón Rivas, luego de un destacado operativo de la División Delitos contra la Integridad Sexual que se desarrolló en las últimas horas.
Rodríguez ya contaba con un pedido de captura vigente desde noviembre de 2024, acusado de haber abusado sexualmente de tres sobrinos menores de edad, a quienes habría sometido en reiteradas oportunidades. A pesar de la orden judicial, había logrado evadir a las autoridades durante meses, cambiando constantemente de domicilio y refugiándose en casas de conocidos para evitar ser localizado.
El nuevo episodio que precipitó su captura ocurrió hace poco más de una semana, cuando la víctima, una estudiante de la Universidad Nacional de Cuyo, fue interceptada al descender del colectivo mientras regresaba a su hogar después de clases.
Según la denuncia, Rodríguez fingió necesitar ayuda para atraerla y, al aproximarse la joven, la agredió físicamente, sujetándola del cuello para arrastrarla hasta una vivienda alquilada en calle San Ramón, donde la mantuvo cautiva durante varias horas.
La madre de la joven reportó que su hija no había llegado a casa. Vecinos y familiares se sumaron a los rastrillajes que movilizaron a todo el barrio durante la tarde del lunes.
El testimonio de la víctima, recabado por la Unidad Fiscal de Delitos contra la Integridad Sexual a cargo del fiscal Gonzalo Marzal, reveló detalles perturbadores del cautiverio.
La joven declaró que fue amenazada con un cuchillo y abusada sexualmente. Además, relató un inquietante detalle: el agresor le habría colocado “una especie de botones” adheridos con pegamento en los ojos.
La estudiante consiguió manipular psicológicamente a su captor, aprovechando un momento de vulnerabilidad emocional cuando este mencionó la reciente muerte de su padre. Mediante súplicas logró convencerlo de que la liberara, argumentando que su familia estaría desesperada buscándola.
Rodríguez accedió a llevarla hasta un descampado cercano a una cancha de fútbol de una unión vecinal, momento que ella aprovechó para escapar y pedir ayuda.
Tras activarse el protocolo para casos de abuso, la joven fue trasladada al Cuerpo Médico Forense donde recibió atención médica y contención psicológica por parte de un equipo interdisciplinario. Paralelamente, las autoridades intensificaron la búsqueda del acusado, concentrando los esfuerzos en la zona de San Ramón donde había sido visto por última vez.
La detención se produjo en medio de un clima de alta tensión social en Las Heras, luego que vecinos indignados intentaron acercarse a la propiedad donde se sospechaba que Rodríguez se ocultaba, situación que requirió la intervención de efectivos de Infantería para evitar disturbios. Los habitantes del sector habían organizado una vigilia en apoyo a la víctima y exigiendo justicia e intentaron prender fuego el domicilio donde Rodríguez pernoctaba, lo que aumentó la presión para concretar la captura.
Confirmada la captura, el fiscal Gonzalo Marzal iba a acumular todas las causas para ampliar la imputación contra Rodríguez para incluir el delito de privación ilegítima de la libertad o rapto, sumado a los cargos por abuso sexual con acceso carnal.
La madre de la joven reportó que su hija no había llegado a casa. Vecinos y familiares se sumaron a los rastrillajes que movilizaron a todo el barrio durante la tarde del lunes.
El testimonio de la víctima, recabado por la Unidad Fiscal de Delitos contra la Integridad Sexual a cargo del fiscal Gonzalo Marzal, reveló detalles perturbadores del cautiverio.
La joven declaró que fue amenazada con un cuchillo y abusada sexualmente. Además, relató un inquietante detalle: el agresor le habría colocado “una especie de botones” adheridos con pegamento en los ojos.
La estudiante consiguió manipular psicológicamente a su captor, aprovechando un momento de vulnerabilidad emocional cuando este mencionó la reciente muerte de su padre. Mediante súplicas logró convencerlo de que la liberara, argumentando que su familia estaría desesperada buscándola.
Rodríguez accedió a llevarla hasta un descampado cercano a una cancha de fútbol de una unión vecinal, momento que ella aprovechó para escapar y pedir ayuda.
Tras activarse el protocolo para casos de abuso, la joven fue trasladada al Cuerpo Médico Forense donde recibió atención médica y contención psicológica por parte de un equipo interdisciplinario. Paralelamente, las autoridades intensificaron la búsqueda del acusado, concentrando los esfuerzos en la zona de San Ramón donde había sido visto por última vez.
La detención se produjo en medio de un clima de alta tensión social en Las Heras, luego que vecinos indignados intentaron acercarse a la propiedad donde se sospechaba que Rodríguez se ocultaba, situación que requirió la intervención de efectivos de Infantería para evitar disturbios. Los habitantes del sector habían organizado una vigilia en apoyo a la víctima y exigiendo justicia e intentaron prender fuego el domicilio donde Rodríguez pernoctaba, lo que aumentó la presión para concretar la captura.
Confirmada la captura, el fiscal Gonzalo Marzal iba a acumular todas las causas para ampliar la imputación contra Rodríguez para incluir el delito de privación ilegítima de la libertad o rapto, sumado a los cargos por abuso sexual con acceso carnal.
Fuente: El Sol
