La plataforma es acusada de recopilar datos sin consentimiento parental y permitir la interacción de niños con usuarios adultos, infringiendo la Ley de Protección de la Privacidad Infantil.
Estados Unidos ha demandado a TikTok por violar la privacidad de menores de 13 años al recopilar datos sin el consentimiento de los padres. El Departamento de Justicia y la Comisión Federal de Comercio (FTC) afirman que la plataforma infringió la Ley de Protección de la Privacidad Infantil en Internet, exponiendo a millones de niños a la recopilación de datos y la interacción con usuarios adultos.
Desde 2019, TikTok y su empresa matriz, ByteDance, han recopilado información personal de menores sin notificar a los padres ni obtener su consentimiento, incluso en el "Modo Niños". La demanda busca impedir que menores de 13 años utilicen la aplicación normal y evitar que la empresa recopile datos sin control parental.
La FTC acusa a TikTok de no cumplir un acuerdo de 2019, cuando pagó $5.7 millones por recopilar datos ilegalmente de menores. En respuesta, TikTok expresó su desacuerdo con las acusaciones y afirmó haber implementado protecciones estrictas para suspender cuentas de menores de 13 años.
El Congreso estadounidense ha aprobado un proyecto de ley que obliga a ByteDance a vender TikTok a una empresa local en un plazo de nueve meses, argumentando que la plataforma representa una amenaza para la seguridad nacional por la posible recolección de datos para el gobierno chino.
Contexto Geopolítico
La demanda debe entenderse en el marco de la competencia tecnológica global entre EE.UU. y China. EE.UU. ha tomado medidas para frenar el desarrollo chino en áreas como la producción de chips, IA y telecomunicaciones. La persecución a TikTok, que compite con empresas estadounidenses como Facebook y YouTube, responde tanto a preocupaciones de privacidad como a la competencia tecnológica.
En 2020, se propuso que TikTok fuera operada por empresas estadounidenses como Microsoft u Oracle, pero no se concretó. Actualmente, TikTok ha invertido en una nueva área de seguridad de datos en EE.UU. para operar sus servidores, intentando así mitigar las preocupaciones de privacidad. La disputa refleja los intereses políticos y económicos detrás de la vigilancia y el control de datos en el ámbito digital.
Fuente: Con información de Página12