La autoridad monetaria, que dirige Santiago Bausilli, mantuvo desde el inicio de la gestión una mejora en las compras de dólares en el mercado. Sin embargo, se asumieron compromisos de importaciones, pero no todos se pagaron.
La deuda que mantiene el Banco Central (BCRA) con los importadores sigue en aumento y ya acumula un monto equivalente a las compras de divisas que realizó la autoridad monetaria desde diciembre hasta marzo. Así se desprende de estimaciones privadas que advierten sobre los riesgos que genera esta situación para el objetivo de acumular mayores reservas en el futuro.
Según los cálculos de LCG, la diferencia entre lo importado entre diciembre y marzo (US$17.285 millones, según el INDEC) y lo pagado en el mercado único de cambios en ese mismo período (US$6104 millones) arroja una deuda pendiente de US$11.180 millones. “Se trata de un monto equivalente al saldo comprador del BCRA en el mismo período, lo que expone la fragilidad del proceso de acumulación de reservas”, explicó la consultora.
Lo que sucede es que la entidad comandada por Santiago Bausilli mantuvo desde el inicio de la gestión una mejora en las compras de dólares en el mercado. Sin embargo, las importaciones se mantuvieron en etapa devengada -es decir, se asumieron compromisos-, pero no todas se pagaron.
“Buena parte de las compras netas que el BCRA hizo en el MULC devienen del desplome de los pagos por importaciones tanto por efecto de la menor demanda asociada a la baja de la actividad como por el cronograma de acceso limitado al mercado oficial por parte de importadores (hasta marzo se había pagado solo el 35% de las importaciones devengadas)”, explicó LCG.
En coincidencia, Outlier consideró que la deuda que surge entre las importaciones cursadas y pagadas durante el primer trimestre se incrementó en US$7680 millones y si se suma lo ocurrido en diciembre supera los US$10.000 millones. “Obsérvese que esta cifra es superior a las compras netas del BCRA”, advirtió la firma.
“Hubo fuertes compras de divisas durante el primer cuatrimestre que lo convirtieron en el mejor en la materia desde el año 2002. Ahora bien, buena parte de esa mejora se explica por la caída de la actividad y la acumulación de nueva deuda por parte de los importadores (casi US$7680 millones solo en el primer trimestre). Adicionalmente, no se puede obviar el papel clave que tiene haber optado por resolver los stocks de deuda heredados con la emisión de pasivos en moneda extranjera por parte del BCRA (US$6000 millones de incremento en el primer cuatrimestre)”, explicó.
Dicho de otro modo, si bien la autoridad monetaria aceleró su ritmo de compras desde que comenzó la gestión actual, lo cierto es que la acumulación de la nueva deuda a los importadores siembran dudas a futuro porque habrá mayores requerimientos de divisas cuando esos saldos en moneda extranjera deban afrontarse.
La acumulación de estas deudas de importadores contrasta con la estrategia del Gobierno de darle solución a los pasivos comerciales acumulados durante la gestión de Alberto Fernández. En ese caso, el equipo económico diseñó el Bopreal, un bono en dólares emitido por el BCRA que los importadores pueden suscribir en pesos, de modo de asegurarse la disponibilidad de las divisas en una fecha cierta. Si bien eso se presentó como una solución, también significa una pérdida de reservas futura para la autoridad monetaria, que tendrá que pagarlos con dólares al vencimiento. // TN
La deuda que mantiene el Banco Central (BCRA) con los importadores sigue en aumento y ya acumula un monto equivalente a las compras de divisas que realizó la autoridad monetaria desde diciembre hasta marzo. Así se desprende de estimaciones privadas que advierten sobre los riesgos que genera esta situación para el objetivo de acumular mayores reservas en el futuro.
Según los cálculos de LCG, la diferencia entre lo importado entre diciembre y marzo (US$17.285 millones, según el INDEC) y lo pagado en el mercado único de cambios en ese mismo período (US$6104 millones) arroja una deuda pendiente de US$11.180 millones. “Se trata de un monto equivalente al saldo comprador del BCRA en el mismo período, lo que expone la fragilidad del proceso de acumulación de reservas”, explicó la consultora.
Lo que sucede es que la entidad comandada por Santiago Bausilli mantuvo desde el inicio de la gestión una mejora en las compras de dólares en el mercado. Sin embargo, las importaciones se mantuvieron en etapa devengada -es decir, se asumieron compromisos-, pero no todas se pagaron.
“Buena parte de las compras netas que el BCRA hizo en el MULC devienen del desplome de los pagos por importaciones tanto por efecto de la menor demanda asociada a la baja de la actividad como por el cronograma de acceso limitado al mercado oficial por parte de importadores (hasta marzo se había pagado solo el 35% de las importaciones devengadas)”, explicó LCG.
En coincidencia, Outlier consideró que la deuda que surge entre las importaciones cursadas y pagadas durante el primer trimestre se incrementó en US$7680 millones y si se suma lo ocurrido en diciembre supera los US$10.000 millones. “Obsérvese que esta cifra es superior a las compras netas del BCRA”, advirtió la firma.
“Hubo fuertes compras de divisas durante el primer cuatrimestre que lo convirtieron en el mejor en la materia desde el año 2002. Ahora bien, buena parte de esa mejora se explica por la caída de la actividad y la acumulación de nueva deuda por parte de los importadores (casi US$7680 millones solo en el primer trimestre). Adicionalmente, no se puede obviar el papel clave que tiene haber optado por resolver los stocks de deuda heredados con la emisión de pasivos en moneda extranjera por parte del BCRA (US$6000 millones de incremento en el primer cuatrimestre)”, explicó.
Dicho de otro modo, si bien la autoridad monetaria aceleró su ritmo de compras desde que comenzó la gestión actual, lo cierto es que la acumulación de la nueva deuda a los importadores siembran dudas a futuro porque habrá mayores requerimientos de divisas cuando esos saldos en moneda extranjera deban afrontarse.
La acumulación de estas deudas de importadores contrasta con la estrategia del Gobierno de darle solución a los pasivos comerciales acumulados durante la gestión de Alberto Fernández. En ese caso, el equipo económico diseñó el Bopreal, un bono en dólares emitido por el BCRA que los importadores pueden suscribir en pesos, de modo de asegurarse la disponibilidad de las divisas en una fecha cierta. Si bien eso se presentó como una solución, también significa una pérdida de reservas futura para la autoridad monetaria, que tendrá que pagarlos con dólares al vencimiento. // TN