El expresidente será el único candidato en las elecciones internas que realizará el partido.
El expresidente Mauricio Macri asumirá este martes como mandatario del PRO, el partido que fundó hace más de dos décadas y encabezó hasta hace doce años atrás. Macri será el único candidato en las elecciones internas que realizará el PRO el próximo 19 de marzo, fecha en la que vence el plazo para entregar las nominaciones para conformar la cúpula dirigencial.
Pese a que aún continúan las negociaciones con otros sectores que disputan las dos vicepresidencias, la secretaría general, 25 consejeros y vocales, todo indica que el lugar del presidente partidario está decidido. Ahora comienza la transición de manos de la actual ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y posiblemente una negociación más pública con el gobierno de Javier Milei.
La irrupción de La Libertad Avanza en la escena política obligó a los referentes del PRO a reinventarse. La discusión hoy día pasa por cómo abordar la concreción de un acuerdo con el oficialismo sin perder relevancia ni autonomía.
Si bien el expresidente logró encolumnar detrás de él a la mayor parte de la dirigencia amarilla, existen tensiones respecto a cuál debe ser el camino que debe seguir el PRO en los años libertarios.
Mientras que cerca de Macri hablan de confluir electoralmente en 2025 con la guía y el aporte de perfiles técnicos al gabinete libertario, los laderos de Bullrich desconfían del exmandatario y sus ambiciones, al tiempo que busca profundizar los vínculos políticos con La Libertad Avanza.
"Hay dudas de cuánto quiere ayudar al Gobierno", señala un dirigente cercano a la ministra de Seguridad sobre las intenciones de Macri. Ponen de ejemplo la discusión entre el gobernador chubutense, Ignacio Torres, y Milei, sobre la que Bullrich emitió un comunicado de apoyo al Gobierno, mientras que el exmandatario optó por conciliar las posiciones sin hacer un pronunciamiento público.
En tanto, Macri no logró contener bajo su conducción a Horacio Rodríguez Larreta, su antiguo aliado porteño, quien ante los desencuentros públicos y las notorias diferencias ideológicas prefirió dar un paso al costado.
En ese marco, el expresidente no solo buscaría unificar nuevamente el espacio, luego de la interna entre Rodríguez Larreta y Bullrich, sino también prepararlo para participar en los cuatro años de Milei.
Con la ministra de Seguridad al margen, y el exjefe porteño autoexcluido, Macri quedó como líder natural de un espacio que, tras la dura interna del año pasado, requiere un nuevo orden.
Pese a que aún continúan las negociaciones con otros sectores que disputan las dos vicepresidencias, la secretaría general, 25 consejeros y vocales, todo indica que el lugar del presidente partidario está decidido. Ahora comienza la transición de manos de la actual ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y posiblemente una negociación más pública con el gobierno de Javier Milei.
La irrupción de La Libertad Avanza en la escena política obligó a los referentes del PRO a reinventarse. La discusión hoy día pasa por cómo abordar la concreción de un acuerdo con el oficialismo sin perder relevancia ni autonomía.
Si bien el expresidente logró encolumnar detrás de él a la mayor parte de la dirigencia amarilla, existen tensiones respecto a cuál debe ser el camino que debe seguir el PRO en los años libertarios.
Mientras que cerca de Macri hablan de confluir electoralmente en 2025 con la guía y el aporte de perfiles técnicos al gabinete libertario, los laderos de Bullrich desconfían del exmandatario y sus ambiciones, al tiempo que busca profundizar los vínculos políticos con La Libertad Avanza.
"Hay dudas de cuánto quiere ayudar al Gobierno", señala un dirigente cercano a la ministra de Seguridad sobre las intenciones de Macri. Ponen de ejemplo la discusión entre el gobernador chubutense, Ignacio Torres, y Milei, sobre la que Bullrich emitió un comunicado de apoyo al Gobierno, mientras que el exmandatario optó por conciliar las posiciones sin hacer un pronunciamiento público.
En tanto, Macri no logró contener bajo su conducción a Horacio Rodríguez Larreta, su antiguo aliado porteño, quien ante los desencuentros públicos y las notorias diferencias ideológicas prefirió dar un paso al costado.
En ese marco, el expresidente no solo buscaría unificar nuevamente el espacio, luego de la interna entre Rodríguez Larreta y Bullrich, sino también prepararlo para participar en los cuatro años de Milei.
Con la ministra de Seguridad al margen, y el exjefe porteño autoexcluido, Macri quedó como líder natural de un espacio que, tras la dura interna del año pasado, requiere un nuevo orden.
Fuente: El Economista