Leonardo Yapur (40), es concejal desde 2022 por Cambia Mendoza, y desde noviembre pasado presidente de su bloque. Es abogado y desde la década del 2000 está involucrado en política.
En diálogo con La Ventana San Rafael, se refirió a lo que son sus proyectos y las ideas que tiene para trabajar en lo que es su gestión.
¿Desde hace cuánto está en política?
En los años 2001 – 2002, cuando fue toda esa crisis, me fui a estudiar Abogacía a la ciudad de Mendoza. En ese momento, vi todo el caos social que se iba produciendo, mucha gente que se quedaba sin trabajo, había accesos a cosas que se empezaban a limitar, y ahí me empezó a interesar. La misma bronca de todo lo que pasaba, hizo que me interesara realmente en política, pero la militancia realmente activa dentro del radicalismo empezó unos años después. Pero desde ese momento es que milito en política.
¿Y cómo llegó al radicalismo?
Mi papá. Él siempre fue radical y fue quien me inculcó las ideas del radicalismo. Empecé desde la Juventud Radical, fuimos atravesando ese camino hasta que Alfredo Cornejo fue gobernador, y cuando él tuvo ese cargo fue la primera vez que me tocó trabajar en la administración pública, y ser parte de un gobierno. Eso fue en el año 2016.
Después de trabajar en la Secretaría de Servicios públicos, integré la lista de concejales en el año 2019, y por eso hoy estoy ocupando una banca.
En los años 2001 – 2002, cuando fue toda esa crisis, me fui a estudiar Abogacía a la ciudad de Mendoza. En ese momento, vi todo el caos social que se iba produciendo, mucha gente que se quedaba sin trabajo, había accesos a cosas que se empezaban a limitar, y ahí me empezó a interesar. La misma bronca de todo lo que pasaba, hizo que me interesara realmente en política, pero la militancia realmente activa dentro del radicalismo empezó unos años después. Pero desde ese momento es que milito en política.
¿Y cómo llegó al radicalismo?
Mi papá. Él siempre fue radical y fue quien me inculcó las ideas del radicalismo. Empecé desde la Juventud Radical, fuimos atravesando ese camino hasta que Alfredo Cornejo fue gobernador, y cuando él tuvo ese cargo fue la primera vez que me tocó trabajar en la administración pública, y ser parte de un gobierno. Eso fue en el año 2016.
Después de trabajar en la Secretaría de Servicios públicos, integré la lista de concejales en el año 2019, y por eso hoy estoy ocupando una banca.
¿Cómo ha visto el avance político desde esa época a la actualidad?
Creo que hay situaciones pendulares, en algunas cosas se avanza y en otras se retrocede. Hay cosas en las que se había retrocedido hace mucho tiempo, y en las que se sigue retrocediendo.
Me he enfocado mucho en lo que sucede en San Rafael, tengo una visión de la evolución desde los años 90 y finales de los 80, cuando se perdieron numerosas industrias y fuentes de empleo. A lo largo de las décadas, los sucesivos gobiernos locales no han logrado resolver este problema ni han podido reintegrar nuevas industrias o formas de trabajo que podrían ser exitosas en la ciudad. En la actualidad, la población de San Rafael, ya sea recién incorporada al ámbito laboral o recién graduada de alguna profesión, tiende a buscar oportunidades más allá de los límites del departamento para encontrar empleo.
San Rafael se ha transformado en una gran fábrica de profesionales (porque hay excelentes centros educativos y de capacitación), pero a esa gente le cuesta muchísimo encontrar trabajo en el departamento. Esa es una preocupación fundamental, y por la que creo que hay que seguir trabajando. San Rafael es un lugar con condiciones óptimas para generar trabajo, es un oasis que está entre dos ríos, hay capacidad en la industria frutihortícola, hay capacidad en la industria del turismo, hay capacidad para otro tipo de actividades como puede ser el desarrollo de software, y tenemos gente muy capacitada, muy capaz y trabajadora.
Más allá de lo que han hecho los diferentes gobiernos, en más o menos obras, me parece que hay una deuda muy grande con el empleo de San Rafael, lo que tiene que ver con la situación macroeconómica argentina, nosotros no somos ajenos, pero tenemos condiciones muy buenas que no han sido explotadas.
¿Qué opinión tiene de lo que fue la gestión de Rodolfo Suárez?
Como a muchos que gobernaron en esos años, a Suárez le tocó afrontar la pandemia, que causó que un montón de ideas y de cosas que se querían hacer se tuvieran que posponer, y repensar la administración del Estado. Desde ese punto de vista, creo que fue un muy buen administrador que dejó las cuentas de Mendoza ordenadas, que pudo mantener cosas que en otros lugares no se mantuvieron, que pudo hacer un equilibrio entre cerrar todo e ir abriendo paulatinamente, y creo que esos dos años de pandemia le impidieron dar un salto productivo más importante a su Gobierno.
¿Cómo concejal qué proyectos tiene?
Vengo trabajando en una línea de proyectos que tienen que ver con el San Rafael del futuro y con el empleo joven. Por ejemplo, hay un proyecto que presenté hace mucho y que no fue aprobado, que tenía que ver con poder pagar de manera digital el estacionamiento medido. Ese proyecto que parece una cosa sencilla, no solamente implica facilitarle la cosa a la gente, facilitarles la vida a los turistas que llegan a San Rafael, sino que también implica que los desarrolladores locales puedan trabajar de esa envergadura, y que activen la experiencia para poder trabajar y ofrecer ese tipo de servicios a los privados que lo requieran.
Los proyectos que vamos a seguir presentando van en ese sentido, y también con lo que tiene que ver con la transparencia del Estado y el control de las cuentas públicas.
¿Cómo se compone su familia?
En mi casa tengo a mi pareja y a mi hija, y tengo dos hermanos varones.
Mi mamá falleció hace más de un año y medio, y mi papá es abogado, trabajo con él y me llevo muy bien.
¿Cómo se lleva con el resto de los concejales?
A partir de este año me toca ser presidente del bloque, y eso obliga a tener diálogo con mis pares de mi propio partido, y a dialogar más con los demás bloques, incluyendo al oficialismo pero sin dejar de lado nuestro rol como oposición. La relación es buena, y cuando hay un problema hay que subsanarlo con más diálogo. Es lo que se trata de hacer todos los días, porque tiene que haber una buena convivencia.