Isabel Belmonte fue víctima de un asalto en su residencia de Goudge el viernes pasado y lamentablemente falleció el domingo. El informe forense ha arrojado nueva luz sobre este incidente, y las autoridades buscan a un hombre y una mujer como los presuntos responsables de este acto de inseguridad.
El trágico suceso de la jubilada española de 86 años que fue encontrada sin vida en su hogar en San Rafael el pasado domingo, tras haber sido objeto de un violento asalto 48 horas antes, ha desencadenado una investigación por parte de la fiscalía local. La misión principal de los investigadores en esta etapa del proceso es determinar si la causa de su muerte está relacionada con las lesiones sufridas durante el asalto.
En consecuencia, se llevó a cabo una autopsia y, recientemente, el fiscal Javier Giaroli recibió el informe preliminar de este estudio, lo que ha ayudado a desarrollar una hipótesis sobre lo sucedido durante el fin de semana.
El informe post mortem ha establecido que Isabel Belmonte Hernández, residente de la localidad de Goudge, habría fallecido inicialmente por "causas naturales". Los médicos identificaron una serie de hematomas en su rostro, entre la nariz y los ojos, como resultado de la presión ejercida por los agresores al cubrirle la cabeza con almohadones para obligarla a entregar sus pertenencias y dinero. Estos hematomas, según los forenses, no fueron fatales. A pesar de que el asalto fue violento, no parece haber sido lo suficientemente grave como para causar su muerte, según fuentes consultadas.
Además, se constataron lesiones en la zona del pecho compatibles con maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), lo que sugiere que le practicaron RCP al encontrarla sin signos vitales. También se descubrió que la mujer padecía diabetes no controlada, una enfermedad potencialmente peligrosa para su edad debido a los niveles extremadamente altos de glucosa en sangre.
Los investigadores han expresado su sorpresa por el hecho de que el fallecimiento se produjera dos días después del asalto, y no descartan la posibilidad de un trastorno de estrés postraumático como factor contribuyente. Además, les parece sospechoso que los atacantes pudieran haber conocido a la víctima, lo que sugiere que el asalto no fue un acto al azar, sino que posiblemente obtuvieron información previa.
Belmonte era originaria de Barcelona, España, lo que ha llevado a las autoridades a considerar la posibilidad de que los criminales buscaban moneda extranjera. Sin embargo, la mujer no guardaba dinero de esta naturaleza.
Con base en todas estas pruebas, la investigación se centra en la detención de los presuntos autores del asalto, que son un hombre y una mujer. Si son capturados, se determinará su responsabilidad en la muerte de Belmonte.
Para localizar a los sospechosos, que ingresaron encapuchados y con guantes a la vivienda de la víctima tras forzar dos puertas, se están analizando diversas pistas, evidencias electrónicas e información sobre los momentos previos y posteriores al ingreso a la propiedad de la víctima.
El episodio de violencia tuvo lugar en la madrugada del viernes, alrededor de las 2:30 a. m., en una vivienda ubicada en la calle Urquiza del sur provincial. Una pareja de delincuentes encapuchados ingresó a la vivienda tras forzar dos puertas, una de hierro y otra de madera.
La anciana se despertó debido al ruido y fue confrontada por los atacantes en el área de la sala. Allí la arrojaron al suelo y le taparon la cabeza con almohadones, ejerciendo presión sobre su rostro para inmovilizarla. Belmonte sufrió golpes graves en la cabeza como resultado de esta acción.
Posteriormente, la mantuvieron encerrada en el baño durante aproximadamente una hora y media. Una vez que controlaron la residencia, la revisaron minuciosamente, llegando incluso a dañar la estructura de una de las paredes y el cielo raso. Al parecer, estaban en busca de dinero extranjero debido a alguna información que poseían, según fuentes policiales.
Luego de revisar cada rincón, los asaltantes huyeron del lugar con un teléfono celular, 14,000 pesos y varias joyas de oro.
La víctima logró salir y contactar a un vecino para que alertara a su familia sobre lo ocurrido. Luego, se dirigió caminando a la subcomisaría del área, que estaba a tan solo 60 metros de su residencia. Al llegar, tocó la puerta, pero no encontró a ningún oficial disponible para atenderla, tal como detalló en su denuncia.
Según familiares de Belmonte, la noche del sábado habría presentado dolores en su cuerpo como resultado de la paliza recibida. Al amanecer del domingo, fue encontrada sin vida por una cuidadora.
Con información de El Sol