El joven de 16 años y su familia que vivían cerca de la Frontera de Gaza. Tuvieron apenas un minuto para refugiarse de los atacantes, pero fueron encontrados y brutalmente asesinados.
El atroz ataque del grupo Hamas en la Frontera de Gaza dejó cientos de muertos y miles de relatos brutales de los sobrevivientes. Rotem Mathias, un adolescente israelí-estadounidense de solo 16 años fue víctima junto a su familia del atentado terrorista en Israel y para no ser asesinado, tuvo que fingir su muerte debajo del cuerpo de su madre.
La familia vivía cerca de la zona del ataque, en Kibutz, al sur de Israel, y tuvieron menos de un minuto para esconderse cuando comenzaron las alertas de bombardeo. Cuando los terroristas de Hamas ingresaron a la Casa se desató una masacre.
Al padre de Rotem, Shlomi, le volaron el brazo mientras intentaba evitar que los atacantes entren al refugio y su madre, Debbie fue acribillada en el mismo lugar, y una bala la atravesó alcanzando el estómago de su hijo.
Entre la angustia y la desesperación por sobrevivir, el adolescente se escondió bajo el cuerpo de su madre y se hizo el muerto durante 30 minutos. “Solo dejé de respirar. Bajé la respiración todo lo que pude. No me moví y estaba aterrorizado”, confesó Rotem.
Tras la masacre, el joven corrió al lavadero de la casa y se ocultó debajo de una manta, para luego ser rescatado por soldados israelíes.
El calvario que comenzó por un chat
La mañana del sábado Shlomi y Debbie Mathias escribieron en el grupo familiar que escuchaban voces en árabe, disparos y que se rompían cristales fuera de la casa, un minuto después los terroristas de Hamas ya estaban dentro del domicilio.
Mientras Rotem y sus padres se escondían, las otras dos hijas de los Mathias, Shir, de 21 años, y Shakked, de 19, buscaban refugio a pocos metros de la casa familiar y recibieron un mensaje de su madre de que los estaban atacando y no debían “abrir la puerta”.
Al menos 20 minutos después del mensaje de alerta, Rothem escribía en el grupo familiar: “Mamá y papá están muertos, lo siento. Pide ayuda” e inmediatamente contactó al cuñado de Deborah Mathias en busca de socorro.
El ataque ocurrió horas después de que la familia se reuniera en un evento festivo a comer y cantar juntos, ya que los padres de Rotem eran músicos.
El atroz ataque del grupo Hamas en la Frontera de Gaza dejó cientos de muertos y miles de relatos brutales de los sobrevivientes. Rotem Mathias, un adolescente israelí-estadounidense de solo 16 años fue víctima junto a su familia del atentado terrorista en Israel y para no ser asesinado, tuvo que fingir su muerte debajo del cuerpo de su madre.
“No hice ningún ruido. Recé a cualquier dios. No me importaba qué dios. Sólo recé a un dios para que no me encontraran”, dijo el joven durante una entrevista a ABC News.
La familia vivía cerca de la zona del ataque, en Kibutz, al sur de Israel, y tuvieron menos de un minuto para esconderse cuando comenzaron las alertas de bombardeo. Cuando los terroristas de Hamas ingresaron a la Casa se desató una masacre.
Al padre de Rotem, Shlomi, le volaron el brazo mientras intentaba evitar que los atacantes entren al refugio y su madre, Debbie fue acribillada en el mismo lugar, y una bala la atravesó alcanzando el estómago de su hijo.
Entre la angustia y la desesperación por sobrevivir, el adolescente se escondió bajo el cuerpo de su madre y se hizo el muerto durante 30 minutos. “Solo dejé de respirar. Bajé la respiración todo lo que pude. No me moví y estaba aterrorizado”, confesó Rotem.
Tras la masacre, el joven corrió al lavadero de la casa y se ocultó debajo de una manta, para luego ser rescatado por soldados israelíes.
El calvario que comenzó por un chat
La mañana del sábado Shlomi y Debbie Mathias escribieron en el grupo familiar que escuchaban voces en árabe, disparos y que se rompían cristales fuera de la casa, un minuto después los terroristas de Hamas ya estaban dentro del domicilio.
Mientras Rotem y sus padres se escondían, las otras dos hijas de los Mathias, Shir, de 21 años, y Shakked, de 19, buscaban refugio a pocos metros de la casa familiar y recibieron un mensaje de su madre de que los estaban atacando y no debían “abrir la puerta”.
Al menos 20 minutos después del mensaje de alerta, Rothem escribía en el grupo familiar: “Mamá y papá están muertos, lo siento. Pide ayuda” e inmediatamente contactó al cuñado de Deborah Mathias en busca de socorro.
El ataque ocurrió horas después de que la familia se reuniera en un evento festivo a comer y cantar juntos, ya que los padres de Rotem eran músicos.
Fuente: Diario 26