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El papa Francisco nombró a un arzobispo argentino al frente del ministerio más importante del Vaticano




En una designación inesperada y que descolocó en el Vaticano, el Pontífice puso al actual arzobispo de La Plata, uno de los prelados más cercanos a él, al frente del segundo “ministerio” más importante de la curia romana.

ROMA.- En una noticia que cayó como una bomba en el Vaticano, el papa Francisco designó hoy al actual arzobispo de La Plata y teólogo, Víctor Manuel “Tucho” Fernández, uno de los prelados más cercanos a él, como nuevo prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF), un cargo clave, de enorme trascendencia. Se trata del segundo “ministerio” más importante de la curia romana, después del Dicasterio para la Evangelización, llamado antiguamente “Santo Oficio”, que además de las cuestiones doctrinales se ocupa del escándalo de abusos.

Fernández, de 60 años y que en los últimos días estuvo en Roma y con el Papa, reemplazará al cardenal español jesuita Luis Ladaria, de 79 años, a mediados de septiembre, indicó el Vaticano. Ladaria, a quien el Pontífice le aceptó la renuncia, estaba en salida desde hace meses y se esperaba que Francisco nombrara a su sucesor. De hecho, en los últimos meses habían circulado algunos nombres de teólogos, entre los cuales no figuraba Fernández.

Su designación causó gran sorpresa en el Vaticano por su joven edad y por su cercanía al Papa. En diez años de pontificado y luego de mucha reflexión, según pudo saber LA NACION, es el primer prelado argentino y de confianza que Jorge Bergoglio decide traer a Roma para ocupar un cargo más que relevante de la curia romana, la administración central de la Iglesia católica.

“La función del Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) es ayudar al Romano Pontífice y a los obispos a proclamar el Evangelio en todo el mundo, promoviendo y tutelando la integridad de la doctrina católica sobre la fe y la moral, sobre la base del depósito de la fe y también buscando una comprensión cada vez más profunda de esta ante los nuevos interrogantes”, indica, en su artículo 69, la Constitución Apostólica Predicar el Evangelio sobre la curia romana, en vigor desde el año pasado.

En una carta dirigida a Fernández que hizo pública, el Papa le pidió, desde su nueva función, no controlar ni condenar, como en el pasado hizo el Santo Oficio, sino concentrarse más bien en el área teológica que necesita desarrollo y en la promoción del pensamiento. Asimismo, le pidió que no se dedicara a la delicada cuestión de los abusos, “ya que recientemente se ha creado una sección específica con profesionales muy competentes”.

Cordobés y con una visión pastoral y teológica de Iglesia totalmente en sintonía con la del papa Francisco -tanto es así que es llamado el “teólogo del Papa” y considerado el ghost writer de varios de sus documentos-, se espera, así, que Fernández le dé al DDF una impronta distinta y renovadora, en línea con el Concilio Vaticano II. Seguramente será designado cardenal en el próximo consistorio.

En la curia romana, sobre todo entre los funcionarios de la “vieja guardia”, muchos recuerdan a Fernández desde tiempos anteriores a la elección del Papa del fin del mundo. Debido a una lobby eclesiástica argentina conservadora contraria al entonces arzobispo de Buenos Aires, con nexos muy fuertes en el Vaticano, Fernández tuvo dos años frenada su aprobación canónica a su cargo de rector de la UCA. Pero todo cambió para él con la elección de Bergoglio, que lo convirtió el 13 de mayo de 2013 en arzobispo titular de Tiburnia y en el primer obispo argentino nombrado por él.

El “Tucho” Fernández estuvo en Roma en los últimos días para acompañar al nuevo arzobispo de Buenos Aires, Jorge Ignacio García Cuerva, en la misa solemne en el día de San Pedro y Pablo, cuando recibió el palio bendecido por el Pontífice. Ayer, en un tuit en el que subió una foto junto a Francisco, que tituló “nueva etapa”, Fernández contó que había pasado una semana junto a su jefe máximo y destacó su buen estado de salud: “Compartí una semana con Francisco. Trabaja el día entero. Tiene audiencias y reuniones a la mañana y a la tarde. Trabaja más horas que cualquiera en el Vaticano. Lo ven cansado tras 5 horas con cosas densas pero después de la siesta estaba perfecto y feliz”.
Nacido el 18 de julio de 1962 en Alcira Gigena (Río Cuarto, Córdoba), fue ordenado sacerdote en 1986. Licenciado en Teología con especialización bíblica por la Pontificia Universidad Gregoriana, de Roma, en 1988, dos años más tarde obtuvo un doctorado en Teología de la UCA.

Fue sacerdote en una parroquia de Río Cuarto, formador en el seminario de esa ciudad, vicedecano durante dos períodos y luego, desde agosto de 2008 hasta diciembre de 2009, decano de la Facultad de Teología de la UCA, entre otros varios cargos. Autor de varios libros y publicaciones, en 2007 fue designado por Benedicto XVI para participar como perito de la reunión del episcopado latinoamericano de Aparecida, Brasil. Fue entonces que se hizo muy amigo de Bergoglio, relator del documento final de ese encuentro.

El 2 de junio de 2018 fue designado arzobispo de La Plata, en reemplazo de monseñor Héctor Aguer y en febrero de este año, en un cargo en el nuevo Dicasterio para la Cultura y la Educación, una especie de departamento que vincula ambos mundos.

“Entre los libros y artículos científicos, tiene más de 300 publicaciones, muchas de las cuales fueron traducidas en varios idiomas. Estos escritos muestran una importante base bíblica y un constante esfuerzo de diálogo entre la teología con la cultura, la misión evangelizadora, la espiritualidad y las cuestiones sociales”, destacó la biografía difundida por el Vaticano.

Fernández fue el encargado de convocar al oficialismo y a la oposición el año pasado, en un acto en homenaje a Francisco en la catedral platense.

Fuente: La Nación


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