La pequeña tenía sólo una semana de vida cuando se ahogó mientras amamantada. Estuvo al borde de la muerte. Su padre pidió auxilio a efectivos y uno de ellos pudo reanimarla.
El caso ocurrió el jueves 11 de este mes, alrededor de 15, cuando una movilidad de la Comisaría 48ª -en el que iban a bordo el oficial Lucas Galván y los auxiliares Darío Arabie y Francisco Andrada- fue interceptada por un Fiat Regatta negro en calle Bomberos Cruceños de Agrelo. Del interior del vehículo, descendió un hombre con una bebé de una semana de vida en sus brazos y les pidió auxilio desesperadamente.
La pequeña se había ahogado mientras amamantaba, estaba sin reacción y con la piel extremadamente pálida. Ante eso, los efectivos subieron a la criatura y a su progenitor a la patrulla, para trasladarlos rápidamente hasta el nosocomio más cercano.
En el camino, el auxiliar Andrada tomó a la niña entre sus brazos y le practicó maniobras de reanimación. Pasados algunos momentos, logró que reaccione, recuperó la respiración y también el color corporal.
Posteriormente, la recién nacida arribó al Centro de Salud Nº 31, escoltada por un móvil de la Unidad Especial de Patrullaje Luján (UEP). Allí, un médico la revisó y constató que ya estaba fuera de peligro, aunque la derivó al Hospital Notti, para que sea analizada con mayor profundidad.
Poco más de una semana después del hecho, los padres de la pequeña enviaron una misiva al titular de la citada dependencia, donde tiene destino el policía que protagonizó la heroica secuencia.
“No puedo expresar con palabras todo el agradecimiento que siento tanto yo como toda mi familia por el accionar, la predisposición y la contención que nos brindaron los policías de su dependencia”, expresaron.
Y agregaron: “Tengan en cuenta que para mí, mi familia y mi hija, sus policías no sólo son excelentes profesionales, para nosotros ellos son héroes”.