En una conmovedora historia que tuvo lugar en Paraguay el año pasado, Alberto Carísimo, un vendedor ambulante de Santa Rita, decidió rifar su automóvil con el fin de recaudar fondos para pagar la cirugía que necesitaba su hija de 8 años, Susana Gabriela.
El sorteo se realizó en noviembre del año pasado, y el ganador resultó ser Gustavo Huerta, un hombre cuyo hijo asiste a la misma escuela que la hija de Alberto.
En un video que compartió en Facebook, Alberto entregó las llaves del vehículo a Gustavo, diciendo: "hoy llegó el momento de hacerle entrega al ganador de este auto, que estaba haciendo una rifa para solventar los gastos de mi hija Susana Gabriela. Quiero hacerle la entrega de la llave y el contrato del vehículo. Este es tuyo doctor, felicidades".
Sin embargo, en un giro inesperado, Gustavo tomó las llaves y decidió devolver el automóvil a Alberto, diciendo: "quiero aprovechar para devolverte el vehículo con la llave, hermano querido, úsalo para que se recupere tu hija, que salga bien en su operación. A Dios gracias yo tengo mi propia movilidad, esta es tu única movilidad".
Conmovido por el gesto de Gustavo, Alberto no pudo contener sus emociones y le dio un abrazo, agradeciéndole por su generosidad. La historia se compartió en los medios locales, y muchas personas elogiaron la bondad y la solidaridad de Gustavo.
La historia de Alberto y Gustavo es un recordatorio de que, en momentos de necesidad, la empatía y la generosidad pueden tener un impacto significativo en la vida de las personas. A pesar de las diferencias sociales y económicas, todos podemos hacer nuestra parte para ayudar a aquellos que lo necesitan.
En un video que compartió en Facebook, Alberto entregó las llaves del vehículo a Gustavo, diciendo: "hoy llegó el momento de hacerle entrega al ganador de este auto, que estaba haciendo una rifa para solventar los gastos de mi hija Susana Gabriela. Quiero hacerle la entrega de la llave y el contrato del vehículo. Este es tuyo doctor, felicidades".
Sin embargo, en un giro inesperado, Gustavo tomó las llaves y decidió devolver el automóvil a Alberto, diciendo: "quiero aprovechar para devolverte el vehículo con la llave, hermano querido, úsalo para que se recupere tu hija, que salga bien en su operación. A Dios gracias yo tengo mi propia movilidad, esta es tu única movilidad".
Conmovido por el gesto de Gustavo, Alberto no pudo contener sus emociones y le dio un abrazo, agradeciéndole por su generosidad. La historia se compartió en los medios locales, y muchas personas elogiaron la bondad y la solidaridad de Gustavo.
La historia de Alberto y Gustavo es un recordatorio de que, en momentos de necesidad, la empatía y la generosidad pueden tener un impacto significativo en la vida de las personas. A pesar de las diferencias sociales y económicas, todos podemos hacer nuestra parte para ayudar a aquellos que lo necesitan.