Federico tiene 29 años y como muchos otros sanrafaelinos, mendocinos y –especialmente– argentinos, ha decidido emigrar en busca de “un futuro mejor” frente a la realidad que día a día golpea a todos por igual. Ezeiza no es la salida más fácil, ni la más barata, ni la más deseosa, pero es una salida en medio de las hostilidades económicas que ofrece el país. Considera que “Argentina quita la ilusión de crecer”.
Si bien Federico tiene trabajo en San Rafael, ha logrado juntar algunos ahorros de cara a viajar para instalarse en otro país. Su destino es España y si bien al llegar a la península ibérica deberá comenzar a buscar una salida laboral, prefiere esa cuota de incertidumbre a la “estabilidad” argentina.
Federico, ¿cómo arranca esto?
Tengo 29 años, soy oriundo de San Rafael, Mendoza y voy a emprender mi viaje a España, voy a emigrar. Desde hace muchos años que tengo el deseo de hacerlo, pero bueno, hoy en día me encuentro con la madurez suficiente para plantarme y hacerlo. Tiene que ver también con el sueño personal de subirme a un avión y conocer culturas distintas, poder viajar, conocer el mundo. Pero también ha ayudado el tema de cómo está el país. Está muy duro y la verdad es que veo que en Argentina no hay crecimiento. Tengo 29 años y no tengo expectativas de crecimiento porque veo que se repite una y otra vez la misma historia de siempre desde la época de mis padres, y no quiero eso para mi vida. Argentina te quita la ilusión de crecer.
¿Cómo se compone tu familia y cómo toman ellos tu decisión?
En la familia somos cinco y la verdad es que para ellos no es fácil y tampoco para mí es fácil emigrar. De pronto, uno no sabe cuándo los va a volver a ver y se tienen más pregunta que respuestas, pero estoy convencido de que el saldo va a ser positivo, porque si uno va con intenciones de crecer, no le tiene que ir mal.
Si alguien quiere emigrar, yo le recomiendo que se informe bien, que tenga una espalda, un conocido que le pueda dar una mano. Hoy en día el mundo está sufriendo una crisis, ya sea por la guerra de Ucrania o lo que sea, está en crisis y no es fácil. Siempre es recomendable tener conocimiento, contactos, estar bien informado y eso es lo que he hecho.
Es todo un tema.
Es que pertenezco a la generación que dejó de mirar terrenos, y empezó a mirar el precio de los boletos de avión. Y tiene que ver con la economía del país, de que no quiero esperar 30 años para ver que el país se recomponga, se pasa la vida y comprendí a esta edad que tengo que hacer mi historia.
Gracias a Dios tengo el apoyo de mi pareja, que también tiene intenciones de hacerlo; además, tengo amigos que de pronto se empezaron a interiorizar más cuando les dije que me iba, y uno de ellos va también a viajar a Europa. Hay un montón de gente que me apoya, que está contenta y que también tiene intenciones de hacerlo.
¿Tu pareja se va a encontrar con vos allá?
Sí, la idea es echar raíces y cuando encuentre una estabilidad poder mandarle el dinero de los pasajes o que ella pueda viajar (lo vamos a ir viendo con el tiempo). Lo que pasa es que en Argentina no logramos encontrar un nexo con la economía, con progresar. Yo decidí emigrar en mi mejor momento, porque estaba sin trabajo y me contrató una empresa muy próspera de San Rafael, y me fue muy bien, empecé a tener sueldo fijo, obra social, me fui a vivir solo, luego se sumó la que hoy es mi pareja y en ese momento fue en el que decidí emigrar, porque justamente vi que esto tiene un techo, no se puede seguir creciendo.
Es como que sentís que estás en la cresta de una ola, porque estás bien pero no sabés en qué momento se cae y te ahogás.
Exactamente, ya lo vivimos en el 2001 con mis hermanos. Yo era muy pequeño, pero es un constante ciclo de idas y venidas Argentina. En este momento está mal, tal vez va a mejorar pero es cíclico y la verdad es que quiero buscar estabilidad, estar más tranquilo. No puede ser que rompiéndose el lomo uno no puede proyectar, porque tiene que estar pendiente de la inflación. Uno no puede disfrutar de la vida o tomarse vacaciones, ya que todo eso es un lujo y es muy poca la gente que puede hacerlo. Eso no está bueno, con el país que tenemos, con un país rico, debería ser distinta la cosa, pero los gobernantes se han puesto de acuerdo para que la clase media-baja, cada vez vaya más abajo. Es un país sumamente corrupto.
¿Cómo fue al revés?, ¿cómo llegó tu familia al país?
Como la mayoría, mi familia emigró en una época en la que Europa estaba siendo azotada por la guerra. En el caso de mis padres, sus abuelos venían escapando de la dictadura de Franco en España que fue muy dura también, la postguerra. Vinieron en los barcos, encontraron estabilidad en Argentina que en ese momento era muy próspera, tenía futuro, pero ahora es a la inversa y la generación de mi edad busca irse del país, porque cada vez son más las personas que coinciden en que la solución es viajar y establecerse en un lugar.
¿Ya tenés trabajo allá o vas a ir a buscar?
No tengo, pero soy joven y estoy dispuesto a aprender cosas nuevas, a estudiar, así que hay oportunidades fuera del país y eso está muy bueno. No es fácil, pero informándose bien te das cuenta de que no es imposible. Entiendo que a la gente que tiene familia o niños se le complica un poco más, pero tampoco es difícil hacerlo con la información adecuada. Trabajo hay en el exterior, hay mucho por explotar en otros países y eso está bueno también.
Más de un lector puede tildarlo a Federico –como a muchos otros emigrantes– de “traidor a la patria”. No obstante, muchos hablan desde la falta de respeto, ya que cada quien tiene derecho a vivir la vida de la mejor manera posible, y puede que otro tanto lo haga desde la envidia por no tener el coraje de decir “¡me voy!”. El último, que apague la luz.