La primera consulta suele realizarse recién en la edad adulta. Especialistas aseguran que debe existir educación en diversidad para profesionales de la salud y campañas que motiven a los jóvenes a ir a las consultas.
Fundación Huésped sacó a la luz recientemente un estudio nacional que reveló que el 70 % de los varones trans evita consultar con médicas y médicos sobre su salud sexual. Además, el 66 % ha sufrido algún tipo de discriminación en un consultorio médico. La provincia de Mendoza no se queda afuera de estos porcentajes, ya que hay varones trans que no han visitado a una ginecóloga o ginecólogo en su vida por temor a sufrir –entre otras cosas– malos tratos.
Además, si bien varios varones trans tienen obra social prepaga, terminan por elegir la atención pública porque allí reciben menos discriminación. A pesar de todo, la peregrinación para encontrar especialistas que no los traten mal suele ser muy larga, tan larga que muchos tienen su primera visita al ginecólogo o ginecóloga cuando ya están en edad adulta, tal como indicó a Unidiversidad la médica Graciela Díaz Guitart (en Instagram, @ginecoloca). Sostuvo que varios de sus pacientes trans recién se han atendido por primera vez con ella.
La ginecóloga Díaz comentó que la tardanza en la consulta tiene que ver con que, “en la promoción de la salud, no se los incluye ni nombra, por lo que se los deja a un lado en cuanto a prevención. Además, no hay mensajes claros sobre su educación sexual y los controles que deben hacerse”.
Díaz comentó que en la comunidad médica aún se mantienen distintos prejuicios sobre las personas trans. Incluso, algunos de sus pacientes le han contado hechos de discriminación que incluyeron comentarios o bromas desubicadas que los dejaron incómodos. Lo que rescata Díaz es que, así como hay profesionales que no han abierto la mente, también hay quienes sí. Además, se ha avanzado mucho en cuanto a aceptar y comprender diversidades, sobre todo, en no juzgar ni opinar porque ese no es el rol de las y los médicos.
Nilo, un joven trans de la provincia de Mendoza, comentó a Unidiversidad que una vez solicitó un turno a la secretaria del un hospital donde solía atenderse, pero, al pedir que lo anotaran con un nombre diferente al que aparece en su DNI, la mujer se negó rotundamente sin motivo. La misma médica Díaz explicó que algunos de sus pacientes le han dejado saber que, efectivamente, los maltratos comienzan en la misma recepción. Ni bien entran a cualquier centro médico, se les repite continuamente que están asistiendo a un ginecólogo, sin comprender que el varón trans necesita de esos controles médicos y no debería ser juzgado.
Si bien los problemas para las personas trans son constantes, aumentan cuando se enfrentan a situaciones referidas a la salud. En el caso de Nilo, los comentarios negativos llegaron incluso por parte de una cirujana, que le dijo que si no se estaba hormonizando, ella no podía operarlo. La intención del joven era realizar una simple consulta sobre una masculinización de torso, pero, al recibir ese maltrato, decidió seguir buscando hasta dar con alguien que realmente quisiera ayudarlo y responder sus preguntas.
Otra de las cosas destacadas por el joven es que varios profesionales no tienen las herramientas para hacer preguntas o entender las diferentes situaciones de las personas trans. Lamentablemente, por más que suelen recomendarse doctoras y doctores entre los miembros de la comunidad trans, por lo general, para encontrar a la persona adecuada, tienen que pasar por un proceso de prueba y error. Todo esto, “a costo de ponerle el cuerpo”, comentó Nilo.
Díaz cree que el primer paso para poder ayudar a que los varones trans acudan al médico es justamente iniciar un cambio en la visión de las y los profesionales. Para esto, una de sus propuestas es que se inicien desde las áreas de salud gubernamentales y municipales campañas de educación en diversidad para profesionales de la salud de carácter obligatorio; esto, porque la mayoría de las veces “la discriminación ocurre por desconocimiento del médico o médica”. Además, insistió con que no se debe generalizar, sino buscar un profesional con el que se sientan cómodos y seguros, porque los hay.
Fuente: Unidiversidad