En un gesto que demuestra su gran corazón, Bruno Rojas (10) decidió poner a disposición dos patinetas y dos grandes osos de peluche para canjearlos por alimentos que luego donará a un merendero del barrio El Molino.
Este pequeño que procede de una familia con muchos valores, decidió dejar estos juguetes en manos de alguien que desee cambiarlos por alimentos no perecederos que servirán luego para darle de comer a otros niños en un merendero del barrio El Molino. “Me dieron ganas, fue algo que me salió del corazón”, señaló este niño que cursa el 5º grado de la escuela Nº 1-406 “Elida C. de Pessano”, donde le va muy bien. Si bien aún no tiene claro qué estudiará de grande, seguramente seguirá alguna carrera con ánimos de superarse. Aseguró que le gusta ayudar a la gente, y se mostró esperanzado en servir de ejemplo para que otras personas decidan seguir una buena causa también.
Los alimentos que logre reunir a través de los juguetes que ha decidido entregar para esta causa, los entregará luego en el merendero de la señora Marta Rodríguez, en el barrio El Molino, al cual concurren decenas de pequeños.
Oscar Rojas, el papá de Bruno, dijo orgulloso por su parte que simplemente este tipo de actitudes tienen que ver con “lo que uno le explica, le enseña y lo ayuda en la vida para seguir adelante: honestidad y responsabilidad”. “A mí me llena de orgullo que haya hecho esto que quizás no es una ‘locura’, pero para él que tiene 10 años y que está haciendo para otras criaturas, es muy valorable”, manifestó. La mamá de Bruno, Johana Troncoso, añadió que en un momento en que estaban ordenando artículos de la casa, el pequeño planteó esta idea que los dejó sorprendidos. “Más orgullosa de él, no me puedo sentir”, destacó.
Quien desee realizar el canje de alimentos por alguno de estos juguetes que está poniendo Bruno a disposición, puede comunicarse al teléfono 2604534480, o llevarlos al final del callejón Las Rosas, en el barrio El Molino (familia Rojas). Si bien Bruno y su familia no exigen un número específico de alimentos, se pide lógicamente que la cifra valga la pena (al menos tres paquetes de algún alimento por cada producto que el pequeño está donando).
Desde La Ventana San Rafael felicitamos el gesto de este niño, que de todo corazón se está fijando desinteresadamente en el prójimo.