Considerando:
- Que es dogma de fe que Jesús está físicamente presente de cuerpo entero en cada miguita de la Eucaristía con apariencia de pan a simple vista, aunque sea de medio milímetro.
- Que casi la totalidad de quienes usualmente comulgan en la mano no revisan que hayan quedado partículas en la mano que hace de bandeja de comunión y en los dedos que toman la Eucaristía.
- Que en el milagro eucarístico de la Parroquia Santa María en Ciudad de Buenos Aires, las miguitas de menos de medio milímetro en la bandeja de comunión se transformaron en carne/sangre humana para mostrar que fue un descuido no haberlas purificado inmediatamente luego de la distribución.
- Que el mismísimo Jesús ordenó a sus Apóstoles “que nada se pierda” luego del milagro de la multiplicación de los panes que es una analogía de la multiplicación eucarística: “… que yo no pierda nada… ” (Jn 6, 39, sermón del Pan de Vida)
- Que deben ponerse todos los medios humanos para que Jesús no caiga en tierra y sea pisoteado.
- Que citado parcialmente por la comisión de liturgia de la Conferencia Episcopal Argentina (de la cual era miembro Monseñor Cargnello) al introducir la comunión en la mano en el país, el Doctor y Padre de la Iglesia San Cirilo de Jerusalén, escribió “ten cuidado que no se te caiga nada; pues lo que se te cayese, lo perderás como de los propios miembros. Dime: si alguno te hubiera dado polvos de oro, ¿no lo guardarías con todo esmero y tendrías cuidado de que no se te cayese ni perdiese nada? Y ¿no debes cuidar con mucho mayor esmero que no se te caiga ni una miga de lo que es más valioso que el oro y las perlas preciosas?”:
1 Corintios 11
28 Examínese (no estar en pecado mortal pero también puede referirse a las manos), pues, cada cual, y coma así el pan y beba de la copa.
29 Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo (también en las partículas), come y bebe su propio castigo.
30 Por eso hay entre vosotros muchos enfermos y muchos débiles, y mueren no pocos.
Mt 7, 6: «No deis a los perros lo que es santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen con sus patas, y después, volviéndose, os despedacen.
Mt 15,26: El respondió: «No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos.»
Santo Tomás de Aquino escribió en el “Adoro te devote” sobre la Sangre de Cristo: “una sola gota puede liberar de todos los crímenes al mundo entero”. Una sola miguita eucarística puede salvar al mundo… y en vez de adorarla, la pisoteamos.
- Que antes de la seguridad sanitaria de los comulgantes viene la seguridad de Jesús. La prioridad debiera ser la comunión segura, pero priorizando la seguridad de Jesús.
- Que según la Santa Sede, la comunión en la mano es un indulto, una excepción a la regla universal de comulgar en la boca. Los fieles tienen el derecho a comulgar en la boca. A no ser que el Papa cambie la regla, ninguna Conferencia Episcopal, Obispo y Sacerdote, tiene potestad de cercenarlo.
Ezequiel (2,8)
Así dice el Señor: «Tú, hijo de Adán, oye lo que te digo: ¡No seas rebelde, como la casa rebelde! Abre la boca y come lo que te doy.»
Cardenal Robert Sarah actual Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos “Que ningún sacerdote se atreva a imponer su autoridad en este asunto al negar o maltratar a quienes desean recibir la Comunión arrodillados y en la lengua. Vayamos como niños y recibamos humildemente el Cuerpo de Cristo de rodillas y en nuestra lengua. Los santos nos dan el ejemplo. ¡Son los modelos a imitar que Dios nos ofrece!”
Suponiendo igual piedad, es patente que comulgar en la boca y de rodillas es más perfecto que en la mano. Ya ni siquiera se explica a los comulboca que deben hacer una reverencia.
Juan Pablo II, en Dominicae Cenae: “llegan voces sobre casos de faltas deplorables de respeto a las Especies eucarísticas, faltas que gravan no sólo sobre las personas culpables de tal comportamiento, sino también sobre los Pastores de la Iglesia, que hayan sido menos vigilantes sobre el comportamiento de los fieles hacia la Eucaristía. Sucede también que, a veces, no se tiene en cuenta la libre opción y voluntad de los que, incluso donde ha sido autorizada la distribución de la comunión en la mano, prefieren atenerse al uso de recibirla en la boca.”
- Que “Jesús no puede contagiarse ni contagiar.” (P. Patricio Ocampo)
1. Así como San Luis María Grignion de Montfort dijo que Dios no puede hacer milagros que no lleven a la verdadera Iglesia, la Católica, ¿qué impide confiar en la infinita Misericordia Divina que haría lo que fuere con tal de que no se alejen de la fuente de todo bien que es la Eucaristía?
2. ¿No es el mismo Jesús de quien salía un poder con sólo tocarlo como el que sanó a una enferma incurable (la hemorroísa)?
3. ¿No es el mismo Jesús que curaba leprosos tocándolos?
4. ¿No es el mismo a quien rezamos antes de comulgar que una palabra suya bastará para sanarnos?
5. ¿No es un milagro continuo la Eucaristía considerando que sensiblemente es pan y vino pero que ocultan el Cuerpo y Sangre de Cristo? “Creo Señor, pero aumenta mi fe” (Mc 9,24).
6. Obviamente poniendo los lógicos recaudos humanos, ¿sería tentar a Dios suplicarle que nadie se contagie o asumirlo?
7. ¿No es más lógico suponer Dios jamás permitiría que alguien se contagiara en Misa que lo contrario?
Sería bueno contestar públicamente esas 7 preguntas antes de pedir la comunión en la mano. Además:
1. Nadie puede demostrar los Sacerdotes que murieron de coronavirus se contagiaron en Misa en vez de otro lugar. La carga de la prueba está en quienes no tienen fe eucarística o no contestan dichas preguntas.
2. Es mucho menos higiénico que la boca tocar a Jesús con manos sucias. Salvo que los obliguen, la mayoría no se higieniza con alcohol al ingresar, pero aun rociando alcohol, no se va la mugre (sobre todo quienes están en contacto con motores/aceite o frutas/verduras).
3. Nada impide que al tocar el banco, la mano no tome contacto con el virus de alguien que estornudó antes de la Misa... y desde luego no se pone alcohol antes de comulgar porque la botella quedó en la entrada.
4. Aun desde el punto de vista natural, si la Hostia tiene un tamaño lógico, si el comulgante abre bien la boca sacando la lengua, y se pone cuidado, no debiera tocarse al comulgante (incluso habría menos probabilidad de contacto que con la mano).
Por si quedara alguna duda, el Sacerdote podría meter sus dedos en alcohol después de cada comunión en la boca, tal como se hizo en España o en la Diocesis de San Luis:
https://www.vidanuevadigital.com/2020/05/05/las-misas-de-la-transicion-en-getafe-si-alguien-comulga-en-la-boca-el-sacerdote-purificara-su-mano-de-inmediato/
https://www.losandes.com.ar/sociedad/por-negarse-a-dar-la-comunion-en-la-mano-cierra-el-seminario-de-san-rafael/
5. Por confiarse en que la comunión en la mano es higiénica, muchos de quienes distribuyen tocan la mano del comulgante que hace de patena. Muchos aseveran que los dedos de los distribuidores han tocado mucho más veces su mano-bandeja que la boca cuando comulgan en la boca.
6. Por no saber bien cómo comulgar, muchos toman la Hostia con sus propias manos, tal vez tocando los dedos de quien distribuye u obligándole a bajar la mano hasta tocar la que hace de patena.
7. Cuando se da la comunión a los celíacos en cálices separados, los comulgantes lo toman con sus propias manos y luego no se purifican de tal manera de garantizar que no quede virus, lo cual demostraría una doble vara al invocar razones sanitarias para comulgar en la mano.
Conclusión: se falta a la verdad al decir que se busca la máxima higiene si no se exige como en otras diócesis que la mano que hace de bandeja esté cubierta por un corporal (pañuelo) el cual se pone purificar inmediatamente.
Mateo 10
28 «Y no temáis a los (virus) que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a Aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna.
29 ¿No se venden dos pajarillos por un as? Pues bien, ni uno de ellos caerá en tierra sin el consentimiento de vuestro Padre.
30 En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados.
31 No temáis, pues; vosotros valéis más que muchos pajarillos.
- Que hay personas que han dejado de ir a alguna Misa porque se les niega la comunión en la boca, o que van pero no comulgan, lo cual ocasiona una pérdida de capital de gracias, perjudicándose a sí mismos y a la comunión de los santos.
Por ejemplo, uno escribió “a fin de cuentas, es sólo buscar, aunque nos cueste más tiempo y sacrificio llegar a una parroquia en dónde se Respete el Cuerpo de nuestro Señor, y asistir aún que sea con menos frecuencia, y mientras tanto recibirlo Espiritualmente, que caer en el error y Flajelarlo, cómo lo están queriendo hacer disimuladamente.”
Otros dicen que la venerable Luisa Piccarreta recibió la revelación de que es una profanación.
- Que alguno pensará que la única situación que justificaría la comunión en la mano sería la ausencia de la bandeja de distribución (la mano izquierda haría de tal), pero esa situación que viola las exigencias de la Iglesia debiera subsanarse cuanto antes:
Redemptionis Sacramentum, 93: “La bandeja para la Comunión de los fieles se debe mantener, para evitar el peligro de que caiga la hostia sagrada o algún fragmento.” MISSALE ROMANUM, Institutio Generalis, n. 118.
Alguno dirá que nada obsta a que mientras se comulga en la boca se use las manos de bandeja. Surgen tres problemas:
1) Que quien distribuye piensa que lo hace para recibir la comunión en la mano, porque están acostumbrados a darla de cualquier forma que ponga la gente las manos.
2) Hay personas que no pondrán las manos de todas formas porque citando a Juan el Bautista se consideran indignos de usar las manos para “desatar la correa de sus sandalias”.
Aunque se les explique que es incoherente que se comulgue en la boca por respeto a Jesús pero al mismo tiempo permitir que caiga, y que hasta Santa Faustina tocó a Jesús con las manos para evitar que caiga al piso cuando una vez cayó la Hostia, aun cuando en esa época se reservaba tocar a Jesús sólo a manos consagradas (ordenadas), algunos igual comulgarán sin poner las manos cuando no hubiere bandeja.
3) A pesar de controlar las partículas en las manos es insalvable el problema de falta de suficiente luz y de los cortos de vista. La presencia real de Jesús no depende:
a) ni de si es visto o no: aunque una persona sea ciega Jesús no deja de estar allí, por ejemplo, las monjitas que fundó Don Orione que dedican 24 horas al día a Adorar al Santísimo son ciegas (pero ven a Jesús más que la mayoría de los Católicos).
b) ni de las dioptrías: Jesús está en las miguitas eucarísticas con apariencia de pan a simple vista sana y buena luz, con lo cual, si una persona olvidó o no tiene anteojos o no sabe que los necesita, puede no verlas, pero Jesús está allí.
Por último, está el problema de que la gente que hace la procesión con el barbijo obligado y recién se acuerda de bajarlo cuando ya tomaron la Hostia con los dedos, usando la mano-bandeja para correr el barbijo, no controlando y dejando caer a Jesús.
Mateo 15
7 Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías cuando dijo:
8 Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.
9 En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres.»
10 Luego llamó a la gente y les dijo: «Oíd y entended.
11 No es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre.»
12 Entonces se acercan los discípulos y le dicen: «¿Sabes que los fariseos se han escandalizado al oír tu palabra?»
13 Él les respondió: «Toda planta que no haya plantado mi Padre celestial será arrancada de raíz.
14 Dejadlos: son ciegos que guían a ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo.»
Conclusión
Es mucho más grave que Jesús caiga al piso y sea pisoteado a cualquier supuesto riesgo de infección.
La falta de luz se soluciona con potentes reflectores en la zona del altar o grandes ventanales/claraboyas o Misa al aire libre de día, pero lo de la falta de visión propia, sólo se solucionaría con que una persona con buena vista inspeccione las manos-bandeja de quien comulgó.
Sería menos engorroso que cada persona ponga un corporal en sus manos, que deja caer inmediatamente en un gran recipiente para su purificación.
Sin embargo, permanece el problema de los dos dedos que utiliza para tomar la Hostia, los cuales debieran ser purificados con un chorrito de agua (tal como debiera hacer el Sacerdote) que caería en el mismo gran recipiente o que los lama delante de quien da la comunión.
Todo debiera hacerse delante de quien distribuye para evitar robo de Hostias (secuestro de Jesús), tal como pasó en una Misa del Papa Francisco:
http://iesvs-org.blogspot.com/2013/12/secuestran-jesus-en-misa-favor-de-rezar.html
Para agilizar la distribución, podría haber una persona a cada lado del Sacerdote controlando.
Si bien todo esto es más engorroso que la comunión en la boca y alguno se sentirá tentado de decir que la única solución es prohibir la comunión en la mano, es la única solución al problema de los débiles de fe que no consentirán en comulgar en la boca y menos con epidemias o perteneciendo a grupos de riesgo por razones de salud o vejez. Salvo que se proclame un posible dogma de la “incontagiabilidad” en Misa, por ellos, podría mantenerse la comunión en la mano. Es necesario una catequesis eucarística para ayudar a “discernir” mejor “el Cuerpo” pero no olvidemos que fue Pablo VI quien, ante el peligro de un nuevo cisma protestante de la iglesia Holandesa y Alemana, indultó la comunión en la mano (no es un permiso, sino el perdón de una pena ante una falta).
Para que los débiles no dejen de comulgar por temor a contagio, es recomendable que los “comulboca”sean últimos o que se arme en otra procesión/cola para los “comulmano”.
Para que éstos últimos no sean señalados como débiles, donde fuere posible, se podría ofrecer Misas exclusivas para cada grupo.
Quienes crean división y están en desobediencia no son quienes comulgan en la boca, sino los Sacerdotes que por preferir la comunión en la mano niegan el derecho de Jesús a una bandeja para no ser pisoteado, desoyendo el mandato de la Santa Sede (Redemptionis Sacramentum).
En fin, siempre se debiera respetar el derecho de los fieles a comulgar en la boca y de rodillas y sería conveniente que:
a) Se catequice sobre el dogma de fe de la presencia real de Jesús en las miguitas eucarísticas con apariencia de pan a simple vista y buena luz, aunque sean de menos de medio milímetro.
b) Se exija pañuelo/corporal para quienes comulguen en la mano y su inmediata purificación.
c) Se exija lamer o purificar con agua los dedos con que se toma la Hostia inmediatamente luego de comulgar.
d) Se exija comulgar delante del distribuidor o una persona encargada de controlar, explicando, además de a), el riesgo de robos de Hostias para ritos satánicos.
e) Se exija una reverencia antes de comulgar y la bandeja de distribución de la comunión, tal como lo manda la Iglesia, pidiendo voluntarios para sostenerlas, y purificándoselas inmediatamente, al igual que el corporal del altar (el milagro eucarístico de Buenos Aires también involucró partículas olvidadas en un corporal sin purificar).
¡Ave María purísima!
AMDG
Prof. Federico A. Nazar