La legisladora del Frente de Todos, Cristina Pérez impulsa junto a la legisladora Laura Soto la implementación de una ley de Educación Ambiental permanente para Mendoza.
“Junto a mi compañera de banca impulsamos este proyecto por dos objetivos; la formación integral de nuestros estudiantes y la necesidad urgente de crear una conciencia ambiental, basada en la responsabilidad y la solidaridad que nos permita construir un modelo diferente, más justo y equitativo”, destacó Pérez.
Tiene como fin la educación y formación ambiental tanto en la educación “formal” como “no formal”, donde la sociedad pueda identificar las causas de la problemática ambiental y las consecuencias de sus acciones, para que finalmente de forma individual como colectiva, se rescaten los saberes y prácticas de las comunidades y cuenten con la capacidad de prevenir o reducir sus impactos. A la vez, pretende brindar herramientas necesarias para la identificación y solución de problemas ambientales.
“Entendemos que una educación más abierta y dinámica, moviliza y sensibiliza hacia el respeto, un pilar fundamental en la creación de esta conciencia ambiental, donde existe la necesidad de establecer procesos educativos que visualicen la crisis ambiental y sus alternativas post-pandemia”, remarcó la autora de la iniciativa.
Este proyecto plantea la necesidad de la participación desde una visión ambiental de medio compartido abordado desde expectativas y actitudes diferentes. Trabajando en equipo y con todos los miembros de la comunidad.
“Junto a mi compañera de banca impulsamos este proyecto por dos objetivos; la formación integral de nuestros estudiantes y la necesidad urgente de crear una conciencia ambiental, basada en la responsabilidad y la solidaridad que nos permita construir un modelo diferente, más justo y equitativo”, destacó Pérez.
Tiene como fin la educación y formación ambiental tanto en la educación “formal” como “no formal”, donde la sociedad pueda identificar las causas de la problemática ambiental y las consecuencias de sus acciones, para que finalmente de forma individual como colectiva, se rescaten los saberes y prácticas de las comunidades y cuenten con la capacidad de prevenir o reducir sus impactos. A la vez, pretende brindar herramientas necesarias para la identificación y solución de problemas ambientales.
“Entendemos que una educación más abierta y dinámica, moviliza y sensibiliza hacia el respeto, un pilar fundamental en la creación de esta conciencia ambiental, donde existe la necesidad de establecer procesos educativos que visualicen la crisis ambiental y sus alternativas post-pandemia”, remarcó la autora de la iniciativa.
Este proyecto plantea la necesidad de la participación desde una visión ambiental de medio compartido abordado desde expectativas y actitudes diferentes. Trabajando en equipo y con todos los miembros de la comunidad.
