Muy conocido ya es en San Rafael el feliz momento vivido por Cristina Balmaceda, la señora que vive en el distrito El Cerrito y que el domingo pasado se quedó con un millón de pesos y una casa en el concurso que lleva adelante la diva de la televisión, Susana Giménez. Mucho más calmada que con la euforia lógica de un momento así, dialogó con La Ventana.
Cristina Balmaceda tiene 56 años, está casada y tiene cuatro hijos. Es una mujer de mucha fe, que a pesar de duras situaciones que ha sufrido en la vida, como un lamentable accidente con su moto, asegura que todos los días cuando sale el sol, le da las gracias a Dios por estar viva.
Relató que ella suele jugar en este tipo de concursos debido a que siempre tiene la esperanza de poder quedarse con algún premio, de hecho, no era la primera vez que llamaba al programa de Susana. El jueves 7 de noviembre participó enviando el mensaje correspondiente, tal como hacen miles de argentinos. Asegura que, por alguna razón, tenía la fuerte creencia de que finalmente, tendría la suerte más buscada.
Mientras tanto, en el programa de Telefé, salió un número de una mujer que no atendió, por lo que decidieron sortear una vez más. “’Ahí va a salir el mío’, le dije a mi hijo”, recuerda y agrega: “Cuando dijeron ‘San Rafael’, me preparé y salí porque no tengo señal y cuando estaba ahí veo el teléfono que empezó a sonar desde un número privado. Cuando me paré en el lugar donde sé que tengo señal atendí y cuando me contestó Susana, no lo podía creer; yo gritaba de alegría y mi hijo me pedía que bajara un cambio, que llegaba con delay y ahí me tranquilicé”.
Cristina Balmaceda tiene 56 años, está casada y tiene cuatro hijos. Es una mujer de mucha fe, que a pesar de duras situaciones que ha sufrido en la vida, como un lamentable accidente con su moto, asegura que todos los días cuando sale el sol, le da las gracias a Dios por estar viva.
Relató que ella suele jugar en este tipo de concursos debido a que siempre tiene la esperanza de poder quedarse con algún premio, de hecho, no era la primera vez que llamaba al programa de Susana. El jueves 7 de noviembre participó enviando el mensaje correspondiente, tal como hacen miles de argentinos. Asegura que, por alguna razón, tenía la fuerte creencia de que finalmente, tendría la suerte más buscada.
El domingo a la noche, estaba con su hijo; habían cenado y se cortó la luz producto de la tormenta que hubo. Cuando volvió, prendió nuevamente el televisor y estaba Susana; le dijo a su hijo que se iba a verla y a dormir, entonces él le pidió que tomaran unos mates primero. Fue así que prepararon el mate y mientras él estaba con la computadora, Cristina dejó el teléfono listo para que tuviera señal porque “estaba segura de que Susana iba a llamarla” y no iba a tener señal.
Mientras tanto, en el programa de Telefé, salió un número de una mujer que no atendió, por lo que decidieron sortear una vez más. “’Ahí va a salir el mío’, le dije a mi hijo”, recuerda y agrega: “Cuando dijeron ‘San Rafael’, me preparé y salí porque no tengo señal y cuando estaba ahí veo el teléfono que empezó a sonar desde un número privado. Cuando me paré en el lugar donde sé que tengo señal atendí y cuando me contestó Susana, no lo podía creer; yo gritaba de alegría y mi hijo me pedía que bajara un cambio, que llegaba con delay y ahí me tranquilicé”.
Esa noche que será inolvidable para esta mujer fue muy importante debido a aquel accidente, puesto que producto del mismo no puede trabajar y realmente necesita el dinero. “Todos los días me acuesto y me encomiendo a Dios, quien no me ha soltado la mano ya que lo tuve al lado cuando fue el accidente y me dio otra oportunidad de vida, y ahora esto. Yo sé que no me ha soltado la mano por eso todos los días me levanto y lo primero que hago es persignarme y encomendarme a Él”, remarca.
Su esposo, Omar Páez (con quien lleva 38 años de casada), es un camionero que en el “millonario momento” estaba en Neuquén trabajando. Aún no ha podido encontrarse con Cristina y celebrar con ella debido a su contrato laboral, sin embargo, a fin de mes podrán hacerlo.
“Mi vida va a seguir siendo la misma, con una casa nueva –que necesito– pero la misma, en definitiva”, asegura.
“Mi vida va a seguir siendo la misma, con una casa nueva –que necesito– pero la misma, en definitiva”, asegura.