Sergio Herrera (51) es apicultor desde hace más de 30 años y convivir con sus abejas para ganarse el pan, ya se ha transformado para él, en una manera de vivir.
¿Cómo está la Apicultura?
La Apicultura vive una crisis a nivel nacional y en los mercados internacionales, digamos que hay efectos climáticos que afectan a la naturaleza y a la Apicultura.
¿Cómo llegó a esta actividad?
Es una actividad muy linda, el que la conoce se queda cautivado por el movimiento de la abeja. Es una actividad económica que en una época fue muy rentable y hoy, por las crisis y los efectos climáticos, esa economía varía un poco.
¿Qué lo hizo dedicarse a eso?
Empecé a los 20 años más o menos, cuando me empezaron a decir que tenía un problema de salud y necesitaba una alternativa en una fuente de trabajo. Después vino un señor que dio un curso y aprendí. Arranqué pero me tardé muchísimos años en aprenderlo bien. Creo que todos los días aprendés algo más que te está enseñando la abeja, es algo que nunca terminás de conocer, ya que ninguna colmena es igual a otra, todas tienen un ADN, un olor distinto y ninguna reina tiene el mismo comportamiento. Costó muchísimo aprender, yo a veces destapaba una caja, se morían las abejas y yo me preguntaba “¿de qué se murió?” Ahora ya con el ojo nomás se sabe, porque el ojo lo es todo para el apicultor.
¿Qué tal sale la miel en San Rafael?
San Rafael, General Alvear y Malargüe tienen un clima muy especial que da la posibilidad de vender material vivo, hacer reina, y la miel es muy buena porque al no ser tan húmedo, se produce un néctar más concentrado, más puro y eso hace que salgan distintas mieles con distintos sabores.
No voy a decir que la miel de otras partes sean malas, pero tienen más contenido de humedad, por lo que la de San Rafael tiene una particularidad muy especial.
Al propolio ha venido gente de afuera, lo ha analizado y llegan a la conclusión de que es muy bueno, muy puro.
Es necesario tener en cuenta que la miel es un buen producto para la salud, ¿no? Sí, hoy por hoy la Medicina la está usando para quemaduras, ya que la miel y el propolio hacen que las quemaduras se curen más rápido. Además sirve para muchas enfermedades.
Hay que tener en cuenta que antiguamente la gente tomaba tés medicinales y la abeja lo que hace es recolectar de las flores de esas hierbas medicinales y lo lleva a su colmena, por lo tanto la miel termina siendo medicinal. Es muy amplio para lo que sirve y es natural.
Más allá de las crisis económicas que le ha tocado transitar en el país, la Apicultura es un oficio que conoce y que le da de comer desde hace mucho, por lo tanto la defiende pensando en que quizás debería haber mayor apoyo estatal a los productores como él.
¿Cómo está la Apicultura?
La Apicultura vive una crisis a nivel nacional y en los mercados internacionales, digamos que hay efectos climáticos que afectan a la naturaleza y a la Apicultura.
¿Cómo llegó a esta actividad?
Es una actividad muy linda, el que la conoce se queda cautivado por el movimiento de la abeja. Es una actividad económica que en una época fue muy rentable y hoy, por las crisis y los efectos climáticos, esa economía varía un poco.
Creo que una persona puede vivir con 500 colmenas, es “una forma de rebuscársela”. O sea, si no tengo trabajo me busco un recurso para sobrevivir y la Apicultura sirve. También tiene costos muy elevados por lo que cuesta un poco arrancar, primero con 10, después 20, 30, 40 colmenas y hay personas que a veces abandonan el proceso de crecer. Pero el que resiste, vive de la abeja.
En la Apicultura de San Rafael se han hecho cosas muy importantes. Hicimos un convenio con el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y chicos de la Facultad de Ciencias Aplicadas a la Industria para hacer un monofloral, se recolectan las flores, se estudia el polen y entonces te dicen las características de la miel, qué floración hay en casa época, para ello se recorren todos los meses distintos campos de San Rafael. Es un trabajo muy lindo que se hace a campo abierto y caminando mucho.
En la Apicultura de San Rafael se han hecho cosas muy importantes. Hicimos un convenio con el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y chicos de la Facultad de Ciencias Aplicadas a la Industria para hacer un monofloral, se recolectan las flores, se estudia el polen y entonces te dicen las características de la miel, qué floración hay en casa época, para ello se recorren todos los meses distintos campos de San Rafael. Es un trabajo muy lindo que se hace a campo abierto y caminando mucho.
¿Qué lo hizo dedicarse a eso?
Empecé a los 20 años más o menos, cuando me empezaron a decir que tenía un problema de salud y necesitaba una alternativa en una fuente de trabajo. Después vino un señor que dio un curso y aprendí. Arranqué pero me tardé muchísimos años en aprenderlo bien. Creo que todos los días aprendés algo más que te está enseñando la abeja, es algo que nunca terminás de conocer, ya que ninguna colmena es igual a otra, todas tienen un ADN, un olor distinto y ninguna reina tiene el mismo comportamiento. Costó muchísimo aprender, yo a veces destapaba una caja, se morían las abejas y yo me preguntaba “¿de qué se murió?” Ahora ya con el ojo nomás se sabe, porque el ojo lo es todo para el apicultor.
¿Qué tal sale la miel en San Rafael?
San Rafael, General Alvear y Malargüe tienen un clima muy especial que da la posibilidad de vender material vivo, hacer reina, y la miel es muy buena porque al no ser tan húmedo, se produce un néctar más concentrado, más puro y eso hace que salgan distintas mieles con distintos sabores.
No voy a decir que la miel de otras partes sean malas, pero tienen más contenido de humedad, por lo que la de San Rafael tiene una particularidad muy especial.
Al propolio ha venido gente de afuera, lo ha analizado y llegan a la conclusión de que es muy bueno, muy puro.
Económicamente, ¿demora mucho en desarrollarse el mercado?
Pasa que en “épocas de vacas gordas”, toda la miel se exportaba a granel y se pagaba a buen precio, pero cuando te sale una flaqueada a nivel internacional, es complicado. Los chinos empezaron a meter miel con glucosa de arroz y empezaban a competir con la miel nuestra, haciendo que se cayera el precio. Eso trajo muchos problemas y había que buscar la forma de que la gente consumiera miel, porque en Argentina se consume poco y si consumiéramos 250 gramos por persona, nos faltaría, pero la gente no consume. Entonces se empezaron a idear cosas como la Semana de la Miel, a darle difusión, a desarrollarse otra metodología para que la gente consuma y el apicultor pueda trabajar.
Es necesario tener en cuenta que la miel es un buen producto para la salud, ¿no? Sí, hoy por hoy la Medicina la está usando para quemaduras, ya que la miel y el propolio hacen que las quemaduras se curen más rápido. Además sirve para muchas enfermedades.
Hay que tener en cuenta que antiguamente la gente tomaba tés medicinales y la abeja lo que hace es recolectar de las flores de esas hierbas medicinales y lo lleva a su colmena, por lo tanto la miel termina siendo medicinal. Es muy amplio para lo que sirve y es natural.