El queridísimo y recordado por todos los sanrafaelinos, Tico Russo, fue el forjador sin lugar a dudas de la industria del turismo en San Rafael, el responsable de que las bellezas naturales de nuestro suelo se conocieran en el mundo entero con las imágenes de aquel extraordinario PENTATLÓN.
Su hijo Paolo Russo, lo recordó con una emotiva nota publicada en facebook que vale la pena compartir.
Aquí la nota:
Su hijo Paolo Russo, lo recordó con una emotiva nota publicada en facebook que vale la pena compartir.
Aquí la nota:
Como hijo: perdí un padre, pero gané un modelo para mi vida...Como niño: perdí momentos felices, pero gané el orgullo de que mi padre nunca dejará de ser un héroe para mí... Como adulto: perdí muchos recuerdos junto a un ser amado y otros tantos sueños, pero gané la fortaleza de un hombre con un legado y muchos proyectos...
En la vida hay sacrificios que deben hacerse para obtener éxito en cualquier empresa que avancemos, pero no hay mejor recompensa que la memoria de quienes nos aman. Ser recordados y no otra riqueza es lo que la eternidad nos depara como seres humanos. No podemos aspirar a la inmortalidad, a la incontable abundancia material, o a llevarnos algo de lo mucho que hayamos hecho en este mundo.
Quienes queden y nos recuerden serán testigos de lo que les dejamos en sus corazones, no en sus bolsillos o en sus arcas. Mi padre supo comprender que sembrar significa enterrar: enterró sus más preciadas semillas en su tierra sanrafaelina y pudo ver cómo comenzaban a surgir muy de a poco pero con fuerza. Hoy sus ojos son los míos, los de un hombre que puede ver lo que ha logrado más allá de la mala suerte del destino que condenó su vida a la eterna juventud. Hoy su cuerpo vive en alguna parte del mío y camina los valles que tanto amaba, vive experiencias que nunca soñó. Hoy su mente se enriquece con la filosofía y la ciencia, dos conductos que posiblemente nos comuniquen a un nivel espiritual insospechado. Tal vez quedaron truncos algunos sueños y algunas realizaciones, pero otros que ni se imaginaba posibles se alzan hoy hacia el cielo infinito. Cuando alcanzo una cima que parecía muy lejana e imposible siempre me acuerdo de vos papá. Ya no me acuerdo de la barba pinchuda cuando te daba un beso. Ya no me acuerdo tanto de las penas y falencias de un adolescente. Me acuerdo de un hombre íntegro y audaz, persistente y soñador, carismático e inmortal para todos los que lo recuerdan. Más allá de los éxitos y fracasos, lo importante es siempre levantarse de nuevo, eso es renacer cada día.
En la vida hay sacrificios que deben hacerse para obtener éxito en cualquier empresa que avancemos, pero no hay mejor recompensa que la memoria de quienes nos aman. Ser recordados y no otra riqueza es lo que la eternidad nos depara como seres humanos. No podemos aspirar a la inmortalidad, a la incontable abundancia material, o a llevarnos algo de lo mucho que hayamos hecho en este mundo.
Quienes queden y nos recuerden serán testigos de lo que les dejamos en sus corazones, no en sus bolsillos o en sus arcas. Mi padre supo comprender que sembrar significa enterrar: enterró sus más preciadas semillas en su tierra sanrafaelina y pudo ver cómo comenzaban a surgir muy de a poco pero con fuerza. Hoy sus ojos son los míos, los de un hombre que puede ver lo que ha logrado más allá de la mala suerte del destino que condenó su vida a la eterna juventud. Hoy su cuerpo vive en alguna parte del mío y camina los valles que tanto amaba, vive experiencias que nunca soñó. Hoy su mente se enriquece con la filosofía y la ciencia, dos conductos que posiblemente nos comuniquen a un nivel espiritual insospechado. Tal vez quedaron truncos algunos sueños y algunas realizaciones, pero otros que ni se imaginaba posibles se alzan hoy hacia el cielo infinito. Cuando alcanzo una cima que parecía muy lejana e imposible siempre me acuerdo de vos papá. Ya no me acuerdo de la barba pinchuda cuando te daba un beso. Ya no me acuerdo tanto de las penas y falencias de un adolescente. Me acuerdo de un hombre íntegro y audaz, persistente y soñador, carismático e inmortal para todos los que lo recuerdan. Más allá de los éxitos y fracasos, lo importante es siempre levantarse de nuevo, eso es renacer cada día.