De
la noche de angustia y locura a la posibilidad de ver en semifinales el
verdadero trabajo de los Mellizos
Es real, no fue la mejor versión de Boca.
Dependió de los penales ante Nacional, como suele ocurrirle en la Copa Libertadores.
Se encomendó a las manos de Agustín Orion, cuando en la Bombonera esperaba que
fuese una fiesta de con Carlos Tevez como estandarte.
Se quedó rengo porque
perdió a Marcelo Meli y a Andrés Chávez en medio de la batalla. Se desnudó
inexperto cuando Cristian Pavón se descontroló con ese empate que le quitó la
asfixia a todos los hinchas de Boca. Pero se clasificó a las semifinales del
certamen que lo enloquece y eso es lo único que cuenta para todos. Y no es un
detalle menor, porque ahora sí podrán darle definitivamente los Mellizos Barros
Schelotto su impronta al equipo. Ahora será tiempo de medir bien los pasos,
porque están donde querían y con un abanico de opciones a favor.
Se disfrutarán es cierto, pero no
descansarán los técnicos de Boca, luego de este triunfo por 4-3 en los penales,
tras el 1-1 en tiempo regular. Quieren recuperar a algunos de los lesionados y
van a reorganizar el tablero. La lista de compras podrá trabajarse con más
vehemencia. Se podrá anunciar con tranquilidad que Jean Beausejour y Fernando
Zuqui están en la puerta de Boca. De la misma manera que podrán los
entrenadores xeneize fijar especial atención en contratar a un centrodelantero;
en esa posición, es Guido Carillo está bajo la lupa. Anoche quedó claro, bien
claro, que el ensayo Tevez es para apenas un rato. Lo de Carlitos, hoy, es otro
escenario, es el de darle opciones al equipo y no terminar el juego.
Será tiempo éste, también, para comenzar
a sanar heridas, porque lo que sucedió con Osvaldo todavía zumba en la Ribera.
Terminarán Guillermo y Gustavo de aclarar cómo se debe comportar un
profesional. Porque si bien aceptaron que Orion, Cata Díaz y Tevez fuesen a
charlar con ellos para conocer los detalles de lo sucedido con el rockstar,
también quieren que se extienda el mensaje que no habrá contemplaciones. El
arquero había pedido un poco de paciencia para el delantero, el defensor
acompañó con algunas consideraciones y el referente del plantel fue contundente:
"Las reglas están para respetarse y está bien que así sea".
Le da un poco de sentido esta
clasificación también al cambio de frente que hicieron los dirigentes de traer
a los Mellizos en lugar de Arruabarrena. Una eliminación en la Bombonera podría
haber provocado alguna duda y un murmullo innecesario. Porque al quedar lejos
en el torneo no había más alternativas que seguir adelante en la Libertadores,
la competencia en la que desde que Daniel Angelici es el presidente, Boca gastó
un dineral para tratar de volver a consagrarse. Perder anoche implicaba volver
a guardar los kimonos que acompañaron al mandamás xeneize en su campaña para
llegar al poder en la Ribera.
Se vivió una locura en la Bombonera
porque esta gente necesitaba que fuese de esa manera. Demasiados golpes. Porque
está bien eso del torneo largo y de la Copa Argentina, nadie le quitará mérito
al ciclo anterior. Pero Boca no se puede engañar, lo que lo obsesiona es la
Copa y ahora sí los Mellizos, que conocen del tema, podrán diseñar la estrategia
para volver a subir hasta ahí: la cúspide de América.
Fuente: Nación